jueves, 9 de abril de 2009

Presentación

Después de meditar durante algún tiempo, decidí preparar este sitio para dar a conocer algunas cuestiones que no siempre están al alcance de la población en general. Mucho se discute a diario sobre los problemas de nuestra sociedad, los hechos de violencia, la inseguridad y ciertas conductas de quienes detentan el poder que ponen en peligro la vigencia plena de nuestras instituciones. ¿Acaso el ciudadano común, aquel que no tiene instrucción cívica suficiente, está en condiciones de evaluar qué es lo más conveniente para el bien del país, y no solamente para un sector o grupo de interés? Mucho se ha luchado para reconquistar la democracia y la libertad. Pero la vida en estas condiciones exige esfuerzos cotidianos, tolerancia y respeto por las leyes y por aquellos que las conocen y son reconocidos por ello. Una situación de crisis prolongada suele ser caldo de cultivo para tentaciones autoritarias y la búsqueda del "hombre fuerte" que nos salve de todos los males. Los argentinos ya hemos vivido esas experiencias. Se trata de aprender de la historia para no repetir errores. Y comenzar a comprender mejor el valor del derecho como centinela de nuestra libertad, no como algo superfluo que, según algunos, no se sabe muy bien para qué sirve. Aún retumban en mis oídos aquellas insensatas palabras de Susana Giménez calificando a los derechos humanos como una "estupidez". Uno puede decir muchas cosas cuando el estado de emoción lo traiciona, pero hay una responsabilidad de aquellos que usan un micrófono con cierta frecuencia y, en algunos casos, son tomados como modelo a seguir. Una de las misiones que aqui me propongo es justamente ésta: llamar a la reflexión sobre algunas instituciones importantes para nuestra vida en sociedad y que muchas veces, por desconocimiento, desidia o directamente malicia, son maltratadas y puesta en tela de juicio su legitimidad o conveniencia.

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