domingo, 31 de mayo de 2009

¿Elecciones libres?

Mas allá de los conocidos sistemas para alterar los resultados electorales en beneficio de un partido, generalmente el que detenta el poder, existen otros métodos más difíciles de controlar por los cuales se violenta la libertad del electorado. Podríamos definirlos como fraudes preelectorales, porque las maniobras no se producen durante los comicios sino antes, durante la campaña electoral. Herederos de la ya legendaria “zapatilla” de Vicente Leónides Saadi en Catamarca, estos métodos buscan, mediante la dádiva y la amenaza, astutamente combinadas, conseguir que estratos necesitados de la población cuyo número es significativo en determinados distritos, se vuelquen decididamente hacia el partido de gobierno (local o nacional, o ambos, según los casos).
Para lograr esto, la agrupación política de turno cuenta con los recursos del Estado en forma de subsidios, planes sociales, obras públicas y vales de alimentos que, no por casualidad, aparecen como hongos después de la lluvia unos meses antes de las elecciones. Tanto que si éstas fueran más frecuentes, dichos pobladores tendrían solucionada una buena parte de su problema de escasez. Pero también existen otras maniobras para “comprar” la voluntad de ciertos votantes; un ejemplo es la promesa de trámite inmediato de DNI a personas que no lo poseen o que tienen problemas de identificación, y hasta muchas veces falta de recursos para tramitarlo normalmente. ¿Cómo obtener esta ventaja fuera del período electoral sin la contrapartida del voto? Ni pensarlo. El reparto interesado de electrodomésticos, materiales de construcción, puestos precarios de trabajo y asfalto improvisado está a la orden del día en las zonás más empobrecidas del segundo cordón del Gran Buenos Aires. Todo a cambio del voto, porque ante la mínima intención de apartarse del “contrato”, los así supuestos beneficios serán inmediatamente retirados.
¿Se puede hablar de libertad de elección en semejante contexto?
Por supuesto, esta situación se da solamente en determinadas zonas, castigadas desde hace mucho tiempo por la necesidad y el abandono, salvo en tiempos electorales. Pero es justamente en dichas zonas donde la cantidad de votantes entusiasma al poder de turno para llevar a cabo las maniobras ya comentadas. Y se impone la necesidad de veedores externos para efectuar un control efectivo del acto en sí, porque subsisten también los viejos artilugios tales como la sustracción de boletas y el llamado “voto cadena”. Y hay versiones sobre la posibilidad de que aparezcan boletas no oficiales, conteniendo errores, que causarán la impugnación del voto respectivo. Me permito sugerir desde este espacio que en la medida de lo posible, aquel elector que no tenga compromiso alguno con el aparato clientelar, se ponga en contacto con las autoridades del partido que desee votar para obtener su boleta oficial y concurrir con ella al cuarto oscuro, para eludir de este modo lo que mucha gente sufrió en muchos distritos en la elección pasada, la falta de boletas.
Conseguir una elección más transparente es también un compromiso de todos.

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre me llamo la atencion ese tema de que los pobres votan al candidato que les da unas zapatillas o unas chapas para su rancho y esto esta mal visto. Pero, no es lo mismo aquellos que eligen un candidato porque va a bajarles las retenciones o los va a favorecer con alguna ley o decreto que le facilite algun negocio. ¿ Cual es la diferencia? Ambos votan teniendo en cuenta con cual candidato le va a ir mejor economicamente. Es solo una cuestion de proporcion en los beneficios , pero ambos criterios son igual de mezquinos.

Ariel dijo...

Entiendo tu argumento...no obstante veo una sustancial diferencia: quien vota por una mejora en las retenciones o por alguna ley o decreto favorable lo hace con expectativas de largo plazo y no desde la extrema necesidad.

Anónimo dijo...

pero es lo mismo!! todos votan por quien los beneficie más, hay distintas formas de clientelismo más sofisticadas, no sólo son los negritos del conurbano que votan por una zapatilla como ustedes dicen despectivamente ...

Anónimo dijo...

no vaya a ser cosa de que censuren los comentarios disidentes acá ...

Ariel dijo...

Ya ves que no. Los comentarios críticos son bienvenidos. Solamente no se aceptan insultos o comentarios de muy mal gusto.

SuperLumpenProletariat dijo...

Hola amigo isi, (pode11 de yah00)

Comparto que no es cuestión de avalar ningún clientelismo.

En el caso de las mejoras en las retenciones a favor del campo, es claro que no es una política cortoplacista o electoralista. Tendría consecuencias más profundas que la "entrega de zapatillas". Nos guste o no, el campo produce verdadera riqueza ... que después vaya a otro lado es otra cosa ...

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